El calzado valenciano exporta como antes de la pandemia y mira con ilusión al mercado asiático

“Hoy es el tercer y último día y la satisfacción es general”. Habla para La Vanguardia desde la Feria de Milán, la más importante del sector, Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal). “Esta feria es el punto de contacto internacional por excelencia, que en años anteriores se vio muy afectada por las limitaciones a la movilidad en varios países, y este año ha habido visitantes del mercado asiático, el americano, los países árabes, visitantes japoneses… ha crecido en visitantes y en expositores, también los españoles”.

Los exportadores de la Comunidad Valenciana han logrado en el primer semestre alcanzar las cifras de ventas previas al Covid, explica, y las perspectivas de negocio que se aprecian en esta feria son “muy positivas” en mercados como los asiáticos, donde la pandemia supuso un serio revés. Pero las empresas observan con recelo la coyuntura general.

“Sí que es cierto que no somos ajenos a la incertidumbre general que existe en Europa, porque el nuestro no es un bien de primera necesidad, y la moda es muy sensible a situaciones de crisis”, matiza Cano

“Sí que es cierto que no somos ajenos a la incertidumbre general que existe en Europa, porque el nuestro no es un bien de primera necesidad, y la moda es muy sensible a situaciones de crisis”, matiza Cano. Para el sector, “el foco nuestro y de nuestros clientes, que en esta temporada primavera-verano han podido vender bien las colecciones, está ahora en el incremento del coste de la energía, con el incremento de la cesta de la compra, cómo va a afectar a la renta disponible de las familias, y qué va a pasar con la compra de calzado. Eso nos tiene todavía un poco en vilo respecto a lo que vaya a pasar en el segundo semestre”.

No hay que olvidar que el 70% de las exportaciones de calzado van dirigidas a países de la Unión Europea, “y ya sabemos que hay mucha incertidumbre respecto a este invierno”, subrayaa Marián Cano.

El aumento del coste de las materias primas y la elevada factura energética -aunque no es una industria de consumo intensivo- repercuten también en el calzado, que estos días cierra los pedidos correspondientes a la próxima temporada primavera-verano con un margen de beneficio “más estrecho” y sin saber cómo responderá el consumidor final a una inevitable subida de precios.

Afectado directamente por la pérdida de los mercados ruso y ucraniano, que representaban una cifra de negocio cercana a los 45 millones de euros, y la inestabilidad de China y su cambiante manera de gestionar los efectos de la pandemia, lo que no varía es la tendencia del calzado a la “relocalización”. “Sí, se trata de tener la cadena de suministros más próxima, apostando además por una mayor sostenibilidad”.

Cano advierte de que la formación profesional que hoy en día se está ofreciendo “no es la que se necesita; hace falta una FP dual en la que los formadores sean los expertos”

Pero ese proceso requiere, entre otras cosas, de un relevo generacional en oficios especializados que no se está produciendo, según explica la presidenta de Avecal. “Son oficios que tienen mucho de artesano y no se aprenden en unos días, necesitan un proceso de aprendizaje”. A su juicio, la formación que hoy en día se está ofreciendo “no es la que se necesita; hace falta una FP dual en la que los formadores sean los expertos”, concluye.